Los anillos diamantes se encuentran por encima de todas las opciones al querer adquirir esta clase de joyería. Incluso superando al oro blanco, estas joyas van más allá del concepto de belleza y estética como tal. Además, son perfectos para ocasiones sumamente especiales como compromisos y matrimonios.
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Como tal, los anillos de diamantes son los más costosos, pero invertir en ellos no representa una pérdida total. A largo plazo, representará una presea que no acarreará ninguna clase de arrepentimiento como tal. Por ende, desde un primer momento o cuando se tenga la oportunidad, vale la pena gastar cada centavo en uno de ellos.
Desde anillos de diamantes baratos hasta los más valorados, siempre es importante tener un plan trazado para comprar uno. A continuación, se develan algunos consejos que allanarán el camino para realizar una buena inversión de dinero.
En esta oportunidad, no todo lo que brilla necesariamente es diamante ni todo lo que se parezca tampoco lo es. Por ende, desde un primer momento la persona debe asegurarse de la autenticidad del mismo verificándolo con un experto. O, en su defecto, manejar las “4 c” de los diamantes: claridad, color, corte y carats.
Dentro de las 4 C para anillos diamantes, los carats o quilates, son fundamentales para establecer el precio de la pieza. Por cada quilate añadido, el precio de la gema aumentará de acuerdo a la joyería. Por ende, para alcanzar un buen monto, se recomienda 0.95 quilates por cada uno que se desee en el diamante. Al no completarse la unidad completa, el precio varía favorablemente.
Los anillos de diamantes caros por lo general ostentan esas cifras porque se conjugan con algún metal precioso de valor. En ese sentido, un diamante puede ser el centro de un anillo de plata, oro u oro blanco. Dependiendo de la pureza de estos metales, el monto oscilará hacia arriba o hacia abajo.
Comprar anillos de diamantes es sinónimo de conmemorar una ocasión especial o una persona grandiosa. Mayormente, estas sortijas están relacionadas con la pureza, la serenidad, y lo importante de los pequeños detalles de la vida, pero con una gran belleza. En otras palabras, son perfectos para vislumbrar a primera vista.
Así que hablar de anillos con diamantes no solamente se enfoca en la piedra central, sino también en la calidad del metal de soporte. Actualmente, las tendencias dictaminan hasta tres tipos de material que combinan excelentemente con estas gemas brillantes.
El oro blanco se obtiene de la combinación o aleación del oro tradicional con otros metales como níquel y paladio. Agregando un diamante como eje central, se obtiene un anillo con alto valor emocional y trascendental.
Por su parte, el oro amarillo tradicional igualmente desempeña un papel protagónico en los anillos de diamante. Conjugar este metal con dichas gemas, genera un contraste llamativo y de impacto a nivel visual.
Los anillos de platino con un diamante en su centro promueven un sentimiento de pureza y vistosidad en quien lo porta. Además, se caracterizan por su brillo único junto a una belleza inexplicable a simple vista.
En el presente, los anillos diamantes continúan siendo una tendencia absoluta para bodas o matrimonios. El significado de esta lujosa piedra enmarca por completo la unión y lo inquebrantable de este laxo entre pareja.
Asimismo, muchas personas ven en los anillos de diamantes una inversión potencial como bien económico. Más allá del sentimentalismo que acarrea, es una buena pieza de valor en el mercado que asegura dinero a modo de ahorro.
Cómo comprar un anillo de diamante perfecto, pasa por conocer los estándares de calidad de la gema. De esa manera, la persona se asegura de invertir en una presea realmente auténtica y con gran valor.
El término claridad hace referencia al nivel de pureza que posee la piedra, tomando en cuenta la cantidad de imperfecciones internas y externas. Por su parte, el color influye en el valor final de los anillos de diamante. Mientras más detalles posea, su color variará, siendo lo ideal que se mantenga lo más incoloro posible.
Con respecto al corte, los diamantes deben guardar excelente relación entre su forma y simetría para conservar su valor. Y, en relación a los carats o quilates, es la medición que se le otorga a la gema con respecto a su volumen o tamaño